1. He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.
2. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles.
3. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.
4. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.