23. Entonces se les preparó una gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel.
24. Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria.
25. Y hubo gran hambre en Samaria, a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.
26. Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó, y dijo: Salva, rey señor mío.
27. Y él dijo: Si no te salva Jehová, ¿de dónde te puedo salvar yo? ¿Del granero, o del lagar?