5. (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);
6. no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
7. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
8. Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas;