Salmos 18:33-46 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

33. Él hace mis pies como pies de ciervas, y me hace estar firme en mis alturas.

34. Él adiestra mis manos para la batalla, y para tensar con mis brazos el arco de bronce.

35. Y me diste el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido.

36. Ensanchaste mis pasos debajo de mí, y no han resbalado mis pies.

37. Perseguí a mis enemigos y los alcancé; y no volví hasta acabarlos.

38. Los herí, y no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.

39. Pues me ceñiste de fuerzas para la batalla; has humillado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.

40. Y me diste la cerviz de mis enemigos, para que yo destruyese a los que me aborrecían.

41. Clamaron, y no hubo quien los salvase; aun a Jehová, mas no les respondió.

42. Y los molí como polvo delante del viento; los arrojé fuera como lodo de las calles.

43. Me has librado de las contiendas del pueblo; me has puesto por cabeza de naciones; pueblo que yo no conocía me sirve.

44. Así que al oírme, me obedecen; los hijos de extranjeros me rinden obediencia.

45. Los hijos de extranjeros desfallecen y salen temblando de sus refugios.

46. ¡Viva Jehová y bendita sea mi roca!; y exaltado sea el Dios de mi salvación,

Salmos 18