39. Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.
40. Y vino a él un leproso, rogándole; y arrodillándose, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
41. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió su mano, y le tocó y le dijo: Quiero; sé limpio.