6. Santos serán a su Dios y no profanarán el nombre de su Dios, porque ofrecen las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios; por tanto, serán santos.
7. No tomarán como esposa a ramera ni a mujer infame, ni tomarán como esposa a la repudiada por su marido, porque el sacerdote es santo a su Dios.
8. Lo santificarás, por tanto, pues el pan de tu Dios ofrece; santo será para ti, porque santo soy yo Jehová que os santifico.
9. Y la hija del sacerdote, si se profana prostituyéndose, a su padre profana; quemada será al fuego.
10. Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza haya sido derramado el aceite de la unción y que haya sido consagrado para ponerse las vestiduras, no descubrirá su cabeza ni rasgará sus vestidos,