23. A los que perdonéis los pecados, les serán perdonados; y a quienes se los retengáis, les serán retenidos.
24. Pero Tomás, uno de los doce, llamado el Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
25. Le dijeron, pues, los otros discípulos: ¡Hemos visto al Señor! Y él les dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y meto mi dedo en el lugar de los clavos y meto mi mano en su costado, no creeré.