20. Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos.
21. Quebrantado estoy por el quebranto de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy; el espanto se ha apoderado de mí.
22. ¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no ha mejorado la salud de la hija de mi pueblo?