18. Pero desde que dejamos de quemar incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta de todo, y por la espada y por el hambre somos consumidos.
19. Y cuando quemamos incienso a la reina del cielo y le derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para tributarle culto, y le derramamos libaciones sin el consentimiento de nuestros maridos?
20. Y habló Jeremías a todo el pueblo, a los hombres y a las mujeres, y a todo el pueblo que le había respondido esto, diciendo: