Isaías 1:2-18 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

2. Oíd, cielos, y escucha tú, tierra, porque habla Jehová: Crié hijos y los engrandecí, pero ellos se rebelaron contra mí.

3. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor, pero Israel no conoce; mi pueblo no entiende.

4. ¡Oh nación pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malhechores, hijos depravados! Dejaron a Jehová, despreciaron al Santo de Israel, se volvieron atrás.

5. ¿Por qué habéis de ser golpeados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón está desfallecido.

6. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino heridas, y moretones y llagas recientes; no están curadas, ni vendadas ni suavizadas con aceite.

7. Vuestra tierra está desolada, vuestras ciudades quemadas con fuego, vuestra tierra delante de vosotros devorada por extranjeros y desolada como derrocada por extraños.

8. Y queda la hija de Sión como enramada en viña, como choza en melonar, como ciudad sitiada.

9. Si Jehová de los ejércitos no nos hubiera dejado un resto pequeño, seríamos como Sodoma, semejantes a Gomorra.

10. Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová. Escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

11. ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de grasa de animales engordados; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas ni de machos cabríos.

12. ¿Quién demanda esto de vuestras manos cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?

13. No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo soportar; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.

14. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las aborrece mi alma; me son una carga; cansado estoy de soportarlas.

15. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo, cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

16. Lavaos, limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo.

17. Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, socorred al oprimido; haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.

18. Venid ahora, dice Jehová, y razonemos juntos: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Isaías 1