28. para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.
29. Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos que con toda osadía hablen tu palabra,
30. mientras extiendas tu mano para que se hagan sanidades, y milagros y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.