27. Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Aun en esto me han blasfemado vuestros padres cuando cometieron infidelidad contra mí.
28. Porque yo los traje a la tierra sobre la cual había alzado mi mano jurando que había de dársela, y miraron a todo collado alto y a todo árbol frondoso, y allí ofrecieron sus sacrificios, y allí presentaron ofrendas que me irritan; allí pusieron también su olor grato y allí derramaron sus libaciones.
29. Y yo les dije: ¿Qué es ese lugar alto adonde vosotros vais? Y fue llamado su nombre Bama hasta el día de hoy.
30. Di, pues, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿No os contamináis vosotros a la manera de vuestros padres y os prostituís tras sus abominaciones?
31. Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar a vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy; ¿y he de responderos yo, casa de Israel? ¡Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no os responderé!
32. Y no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como las naciones, como las demás familias de la tierra, sirviendo a la madera y a la piedra.
33. Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte, y brazo extendido y enojo derramado he de reinar sobre vosotros;
34. y os sacaré de entre los pueblos y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos con mano fuerte, y brazo extendido y enojo derramado;
35. y os traeré al desierto de los pueblos y allí litigaré con vosotros cara a cara.
36. Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jehová el Señor.
37. Y os haré pasar bajo la vara y os haré entrar en el vínculo del convenio;
38. y apartaré de entre vosotros a los rebeldes y a los que han transgredido contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, pero a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová.