31. Haya acorneado a un hijo o haya acorneado a una hija, conforme a este juicio se hará con él.
32. Si el buey acornea a un siervo o a una sierva, el dueño pagará treinta siclos de plata, y el buey será apedreado.
33. Y si alguno abre un pozo o cava una cisterna, y no los cubre, y cae allí un buey o un asno,
34. el dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo con dinero a su dueño, y el animal muerto será suyo.