31. Entonces se levantó Joab, y fue a casa de Absalón y le dijo: ¿Por qué han prendido fuego tus siervos a mi campo?
32. Y Absalón respondió a Joab: He aquí, yo he enviado por ti, diciendo que vinieses acá, a fin de enviarte yo al rey a decirle: ¿Para qué vine de Gesur? Mejor me hubiera sido quedarme allá. Vea yo ahora el rostro del rey; y si hay pecado en mí, que me mate.
33. Fue, pues, Joab al rey y se lo hizo saber. Entonces llamó a Absalón, el cual vino al rey, y se postró sobre su rostro en tierra delante del rey; y el rey besó a Absalón.