13. Si yo cierro los cielos para que no haya lluvia, y si mando la langosta que consuma la tierra, o si envío pestilencia entre mi pueblo;
14. si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y ellos oran, y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.
15. Ahora estarán abiertos mis ojos, y atentos mis oídos, a la oración en este lugar;
16. pues ahora he elegido y santificado esta casa para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.