1 Timoteo 3:5-13 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

5. (porque el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);

6. no un neófito, no sea que se envanezca y caiga en la condenación del diablo.

7. También es necesario que tenga buen testimonio de parte de los extraños, para que no caiga en afrenta y en lazo del diablo.

8. Los diáconos, asimismo, deben ser honestos, de una sola palabra, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas,

9. que retengan el misterio de la fe con limpia conciencia.

10. Y éstos también sean antes puestos a prueba; y entonces ministren como diáconos, si son irreprensibles.

11. Las mujeres, asimismo, sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.

12. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien a sus hijos y sus casas.

13. Porque los que han ministrado bien como diáconos, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.

1 Timoteo 3