28. Pero luego que todas las cosas le sean sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
29. De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?
30. ¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?
31. Os aseguro, por la gloria que en vosotros tengo en Cristo Jesús, Señor nuestro, que cada día muero.