16. Cuando Rut llegó adonde estaba su suegra, ésta le preguntó:—¿Cómo te fue, hija mía?Rut le contó todo lo que aquel hombre había hecho por ella,
17. y añadió:—Me dio estos veinte kilos de cebada, y me dijo: “No debes volver a tu suegra con las manos vacías.”
18. Entonces Noemí le dijo:—Espérate, hija mía, a ver qué sucede. Porque este hombre no va a descansar hasta dejar resuelto este asunto hoy mismo.