Mateo 27:48-55 Nueva Versión Internacional (NVI)

48. Al instante uno de ellos corrió en busca de una esponja. La empapó en vinagre, la puso en una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera.

49. Los demás decían:—Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.

50. Entonces Jesús volvió a gritar con fuerza, y entregó su espíritu.

51. En ese momento la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló y se partieron las rocas.

52. Se abrieron los sepulcros, y muchos santos que habían muerto resucitaron.

53. Salieron de los sepulcros y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.

54. Cuando el centurión y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y exclamaron:—¡Verdaderamente éste era el Hijo de Dios!

55. Estaban allí, mirando de lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.

Mateo 27