Marcos 1:37-44 Nueva Versión Internacional (NVI)

37. Por fin lo encontraron y le dijeron:—Todo el mundo te busca.

38. Jesús respondió:—Vámonos de aquí a otras aldeas cercanas donde también pueda predicar; para esto he venido.

39. Así que recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios.

40. Un hombre que tenía lepra se le acercó, y de rodillas le suplicó:—Si quieres, puedes limpiarme.

41. Movido a compasión, Jesús extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole:—Sí quiero. ¡Queda limpio!

42. Al instante se le quitó la lepra y quedó sano.

43. Jesús lo despidió en seguida con una fuerte advertencia:

44. —Mira, no se lo digas a nadie; sólo ve, preséntate al sacerdote y lleva por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que sirva de testimonio.

Marcos 1