34. David no subió al cielo, y sin embargo declaró:»“Dijo el Señor a mi Señor:Siéntate a mi derecha,
35. hasta que ponga a tus enemigospor estrado de tus pies.”
36. »Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías.»
37. Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:—Hermanos, ¿qué debemos hacer?
38. —Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.