26. quienes han arriesgado su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
27. Por tanto, les enviamos a Judas y a Silas para que les confirmen personalmente lo que les escribimos.
28. Nos pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponerles a ustedes ninguna carga aparte de los siguientes requisitos:
29. abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne de animales estrangulados y de la inmoralidad sexual. Bien harán ustedes si evitan estas cosas.Con nuestros mejores deseos.
30. Una vez despedidos, ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron a la congregación y entregaron la carta.
31. Los creyentes la leyeron y se alegraron por su mensaje alentador.
32. Judas y Silas, que también eran profetas, hablaron extensamente para animarlos y fortalecerlos.
33. Después de pasar algún tiempo allí, los hermanos los despidieron en paz, para que regresaran a quienes los habían enviado.