3. Así también nosotros, cuando éramos menores, estábamos esclavizados por los principios de este mundo.
4. Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley,
5. para rescatar a los que estaban bajo la ley, a fin de que fuéramos adoptados como hijos.
6. Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!»
7. Así que ya no eres esclavo sino hijo; y como eres hijo, Dios te ha hecho también heredero.
8. Antes, cuando ustedes no conocían a Dios, eran esclavos de los que en realidad no son dioses.
9. Pero ahora que conocen a Dios —o más bien que Dios los conoce a ustedes—, ¿cómo es que quieren regresar a esos principios ineficaces y sin valor? ¿Quieren volver a ser esclavos de ellos?
10. ¡Ustedes siguen guardando los días de fiesta, meses, estaciones y años!