2-3. Mientras brindaban, Belsasar mandó que le trajeran las copas de oro y de plata que Nabucodonosor, su padre, había tomado del templo de Jerusalén. Y así se hizo. Le llevaron las copas, y en ellas bebieron el rey y sus nobles, junto con sus esposas y concubinas.
14. Me han contado que en ti reposa el espíritu de los dioses, y que posees gran agudeza e inteligencia, y una sabiduría sorprendente.
15. Los sabios y hechiceros se presentaron ante mí para leer esta escritura y decirme lo que significa, pero no pudieron descifrarla.
16. Según me han dicho, tú puedes dar interpretaciones y resolver problemas difíciles. Si logras descifrar e interpretar lo que allí está escrito, te vestiré de púrpura, te pondré una cadena de oro en el cuello, y te nombraré tercer gobernante del reino.
17. —Su Majestad puede quedarse con sus regalos, o dárselos a otro —le respondió Daniel—. Yo voy a leerle a Su Majestad lo que dice en la pared, y le explicaré lo que significa.
18. »El Dios Altísimo dio al rey Nabucodonosor, padre de usted, grandeza, gloria, majestad y esplendor.
19. Gracias a la autoridad que Dios le dio, ante él temblaban de miedo todos los pueblos, naciones y gente de toda lengua. A quien él quería matar, lo mandaba matar; a quien quería perdonar, lo perdonaba; si quería promover a alguien, lo promovía; y si quería humillarlo, lo humillaba.
20. Pero, cuando su corazón se volvió arrogante y orgulloso, se le arrebató el trono real y se le despojó de su gloria;
21. fue apartado de la gente y recibió la mente de un animal; vivió entre los asnos salvajes y se alimentó con pasto como el ganado; ¡el rocío de la noche empapaba su cuerpo! Todo esto le sucedió hasta que reconoció que el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere.
22. »Sin embargo, y a pesar de saber todo esto, usted, hijo de Nabucodonosor, no se ha humillado.