26. el centinela se dio cuenta de que otro hombre corría detrás de él, así que le anunció al guarda de la puerta:—¡Por ahí viene otro hombre corriendo solo!—Ése también debe de traer buenas noticias —dijo el rey.
27. El centinela añadió:—Me parece que el primero corre como Ajimaz hijo de Sadoc.—Es un buen hombre —comentó el rey—; seguro que trae buenas noticias.
28. Ajimaz llegó y saludó al rey postrándose rostro en tierra, y le dijo:—¡Bendito sea el Señor, Dios de Su Majestad, pues nos ha entregado a los que se habían rebelado en contra suya!
29. —¿Y está bien el joven Absalón? —preguntó el rey.Ajimaz respondió:—En el momento en que tu siervo Joab me enviaba, vi que se armó un gran alboroto, pero no pude saber lo que pasaba.