18. Los oficiales de Senaquerib les gritaban a voz en cuello a los habitantes de Jerusalén que estaban en la muralla. Lo hacían en lengua hebrea, para infundirles miedo y así poder conquistar la ciudad.
19. Y se referían al Dios de Jerusalén como si fuera igual a los dioses de las otras naciones de la tierra, fabricados por manos humanas.
20. Por ese motivo, el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz clamaron al cielo en oración.