4. David y los que estaban con él se pusieron a llorar y a gritar hasta quedarse sin fuerzas.
5. También habían caído prisioneras dos esposas de David, la jezrelita Ajinoán y Abigaíl, la viuda de Nabal de Carmel.
6. David se alarmó, pues la tropa hablaba de apedrearlo; y es que todos se sentían amargados por la pérdida de sus hijos e hijas. Pero cobró ánimo y puso su confianza en el Señor su Dios.
7. Entonces le dijo al sacerdote Abiatar hijo de Ajimélec:—Tráeme el efod.Tan pronto como Abiatar se lo trajo,
8. David consultó al Señor:—¿Debo perseguir a esa banda? ¿Los voy a alcanzar?—Persíguelos —le respondió el Señor—. Vas a alcanzarlos, y rescatarás a los cautivos.