4. En sus manos sostiene las profundidades de la tierray las montañas más imponentes.
5. El mar le pertenece, pues él lo creó;sus manos también formaron la tierra firme.
6. Vengan, adoremos e inclinémonos.Arrodillémonos delante del Señor, nuestro creador,
7. porque él es nuestro Dios.Somos el pueblo que él vigila,el rebaño a su cuidado.¡Si tan solo escucharan hoy su voz!
8. El Señor dice: «No endurezcan el corazón como Israel en Meriba,como lo hizo el pueblo en el desierto de Masá.
9. Allí sus antepasados me tentaron y pusieron a prueba mi paciencia,a pesar de haber visto todo lo que hice.
10. Durante cuarenta años estuve enojado con ellos y dije:“Son un pueblo cuyo corazón se aleja de mí;rehúsan hacer lo que les digo”.
11. Así que en mi enojo juré:“Ellos nunca entrarán a mi lugar de descanso”».