2. Desde mi temprana juventud, mis enemigos me han perseguidopero nunca me derrotaron.
3. Tengo la espalda cubierta de heridas,como si un agricultor hubiera arado largos surcos.
4. Pero el Señor es bueno;cortó las cuerdas con que me ataban los impíos.
5. Que todos los que odian a Jerusalénretrocedan en vergonzosa derrota.
6. Que sean tan inútiles como la hierba que crece en un techo,que se pone amarilla a la mitad de su desarrollo,