28. Le quitaron la ropa y le pusieron un manto escarlata.
29. Armaron una corona con ramas de espinos y se la pusieron en la cabeza y le colocaron una caña de junco en la mano derecha como si fuera un cetro. Luego se arrodillaron burlonamente delante de él mientras se mofaban: «¡Viva el rey de los judíos!».
30. Lo escupieron, le quitaron la caña de junco y lo golpearon en la cabeza con ella.
31. Cuando al fin se cansaron de hacerle burla, le quitaron el manto y volvieron a ponerle su propia ropa. Luego lo llevaron para crucificarlo.
32. En el camino, se encontraron con un hombre llamado Simón, quien era de Cirene, y los soldados lo obligaron a llevar la cruz de Jesús.
33. Salieron a un lugar llamado Gólgota (que significa «Lugar de la Calavera»).
34. Los soldados le dieron a Jesús vino mezclado con hiel amarga, pero cuando la probó, se negó a beberla.
35. Después de clavarlo en la cruz, los soldados sortearon su ropa tirando los dados.
36. Luego se sentaron alrededor e hicieron guardia mientras él estaba colgado allí.
37. Encima de la cabeza de Jesús, colocaron un letrero, que anunciaba el cargo en su contra. Decía: «Este es Jesús, el Rey de los judíos».
38. Con él crucificaron a dos revolucionarios, uno a su derecha y otro a su izquierda.
39. La gente que pasaba por allí gritaba insultos y movía la cabeza en forma burlona.
40. «¡Pero mírate ahora! —le gritaban—. Dijiste que ibas a destruir el templo y a reconstruirlo en tres días. Muy bien, si eres el Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz».