Mateo 27:26-44 Nueva Traducción Viviente (NTV)

26. Así fue que Pilato dejó a Barrabás en libertad. Mandó azotar a Jesús con un látigo que tenía puntas de plomo, y después lo entregó a los soldados romanos para que lo crucificaran.

27. Algunos de los soldados del gobernador llevaron a Jesús al cuartel y llamaron a todo el regimiento.

28. Le quitaron la ropa y le pusieron un manto escarlata.

29. Armaron una corona con ramas de espinos y se la pusieron en la cabeza y le colocaron una caña de junco en la mano derecha como si fuera un cetro. Luego se arrodillaron burlonamente delante de él mientras se mofaban: «¡Viva el rey de los judíos!».

30. Lo escupieron, le quitaron la caña de junco y lo golpearon en la cabeza con ella.

31. Cuando al fin se cansaron de hacerle burla, le quitaron el manto y volvieron a ponerle su propia ropa. Luego lo llevaron para crucificarlo.

32. En el camino, se encontraron con un hombre llamado Simón, quien era de Cirene, y los soldados lo obligaron a llevar la cruz de Jesús.

33. Salieron a un lugar llamado Gólgota (que significa «Lugar de la Calavera»).

34. Los soldados le dieron a Jesús vino mezclado con hiel amarga, pero cuando la probó, se negó a beberla.

35. Después de clavarlo en la cruz, los soldados sortearon su ropa tirando los dados.

36. Luego se sentaron alrededor e hicieron guardia mientras él estaba colgado allí.

37. Encima de la cabeza de Jesús, colocaron un letrero, que anunciaba el cargo en su contra. Decía: «Este es Jesús, el Rey de los judíos».

38. Con él crucificaron a dos revolucionarios, uno a su derecha y otro a su izquierda.

39. La gente que pasaba por allí gritaba insultos y movía la cabeza en forma burlona.

40. «¡Pero mírate ahora! —le gritaban—. Dijiste que ibas a destruir el templo y a reconstruirlo en tres días. Muy bien, si eres el Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz».

41. Los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos también se burlaban de Jesús.

42. «Salvó a otros —se mofaban—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! Con que es el Rey de Israel, ¿no? ¡Que baje de la cruz ahora mismo y creeremos en él!

43. Confió en Dios, entonces, ¡que Dios lo rescate ahora si lo quiere! Pues dijo: “Soy el Hijo de Dios”».

44. Hasta los revolucionarios que estaban crucificados con Jesús se burlaban de él de la misma manera.

Mateo 27