Mateo 27:18-28 Nueva Traducción Viviente (NTV)

18. (Él sabía muy bien que los líderes religiosos judíos habían arrestado a Jesús por envidia).

19. Justo en ese momento, cuando Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente mensaje: «Deja en paz a ese hombre inocente. Anoche sufrí una pesadilla terrible con respecto a él».

20. Mientras tanto, los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud para que pidiera la libertad de Barrabás y que se ejecutara a Jesús.

21. Así que el gobernador volvió a preguntar:—¿A cuál de estos dos quieren que les deje en libertad?—¡A Barrabás! —contestó la multitud a gritos.

22. —Entonces, ¿qué hago con Jesús, llamado el Mesías? —preguntó Pilato.—¡Crucifícalo! —le contestaron a gritos.

23. —¿Por qué? —insistió Pilato—. ¿Qué crimen ha cometido?Pero la turba rugió aún más fuerte:—¡Crucifícalo!

24. Pilato vio que no lograba nada y que se armaba un disturbio. Así que mandó a buscar un recipiente con agua y se lavó las manos delante de la multitud a la vez que decía:—Soy inocente de la sangre de este hombre. La responsabilidad es de ustedes.

25. Y la gente respondió a gritos:—¡Nos haremos responsables de su muerte, nosotros y nuestros hijos!

26. Así fue que Pilato dejó a Barrabás en libertad. Mandó azotar a Jesús con un látigo que tenía puntas de plomo, y después lo entregó a los soldados romanos para que lo crucificaran.

27. Algunos de los soldados del gobernador llevaron a Jesús al cuartel y llamaron a todo el regimiento.

28. Le quitaron la ropa y le pusieron un manto escarlata.

Mateo 27