Mateo 26:42-54 Nueva Traducción Viviente (NTV)

42. Entonces Jesús los dejó por segunda vez y oró: «¡Padre mío! Si no es posible que pase esta copa a menos que yo la beba, entonces hágase tu voluntad».

43. Cuando regresó de nuevo adonde estaban ellos, los encontró dormidos porque no podían mantener los ojos abiertos.

44. Así que se fue a orar por tercera vez y repitió lo mismo.

45. Luego se acercó a sus discípulos y les dijo: «¡Adelante, duerman y descansen! Pero miren, ha llegado la hora y el Hijo del Hombre es traicionado y entregado en manos de pecadores.

46. Levántense, vamos. ¡Miren, el que me traiciona ya está aquí!».

47. Mientras Jesús hablaba, llegó Judas, uno de los doce discípulos, junto con una multitud de hombres armados con espadas y palos. Los habían enviado los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo.

48. El traidor, Judas, había acordado con ellos una señal: «Sabrán a cuál arrestar cuando lo salude con un beso».

49. Entonces Judas fue directamente a Jesús.—¡Saludos, Rabí! —exclamó y le dio el beso.

50. Jesús dijo:—Amigo mío, adelante, haz lo que viniste a hacer.Entonces los otros agarraron a Jesús y lo arrestaron;

51. pero uno de los hombres que estaban con Jesús sacó su espada e hirió al esclavo del sumo sacerdote cortándole una oreja.

52. «Guarda tu espada —le dijo Jesús—. Los que usan la espada morirán a espada.

53. ¿No te das cuenta de que yo podría pedirle a mi Padre que enviara miles de ángeles para que nos protejan, y él los enviaría de inmediato?

54. Pero si lo hiciera, ¿cómo se cumplirían las Escrituras, que describen lo que tiene que suceder ahora?».

Mateo 26