Mateo 25:1-18 Nueva Traducción Viviente (NTV)

1. »Entonces, el reino del cielo será como diez damas de honor que tomaron sus lámparas y salieron para encontrarse con el novio.

2. Cinco de ellas eran necias y cinco sabias.

3. Las cinco que eran necias no llevaron suficiente aceite de oliva para sus lámparas,

4. pero las otras cinco fueron tan sabias que llevaron aceite extra.

5. Como el novio se demoró, a todas les dio sueño y se durmieron.

6. »A la medianoche, se despertaron ante el grito de: “¡Miren, ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!”.

7. »Todas las damas de honor se levantaron y prepararon sus lámparas.

8. Entonces las cinco necias les pidieron a las otras: “Por favor, dennos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se están apagando”.

9. »Sin embargo, las sabias contestaron: “No tenemos suficiente para todas. Vayan a una tienda y compren un poco para ustedes”.

10. »Pero durante el lapso en que se fueron a comprar aceite, llegó el novio. Entonces las que estaban listas entraron con él a la fiesta de bodas y se cerró la puerta con llave.

11. Más tarde, cuando regresaron las otras cinco damas de honor, se quedaron afuera, y llamaron: “¡Señor, Señor! ¡Ábrenos la puerta!”.

12. »Él les respondió: “Créanme, ¡no las conozco!”.

13. »¡Así que ustedes también deben estar alerta! Porque no saben el día ni la hora de mi regreso.

14. »También el reino del cielo puede ilustrarse mediante la historia de un hombre que tenía que emprender un largo viaje. Reunió a sus siervos y les confió su dinero mientras estuviera ausente.

15. Lo dividió en proporción a las capacidades de cada uno. Al primero le dio cinco bolsas de plata; al segundo, dos bolsas de plata; al último, una bolsa de plata. Luego se fue de viaje.

16. »El siervo que recibió las cinco bolsas de plata comenzó a invertir el dinero y ganó cinco más.

17. El que tenía las dos bolsas de plata también salió a trabajar y ganó dos más.

18. Pero el siervo que recibió una sola bolsa de plata cavó un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su amo.

Mateo 25