8. Pues Jesús ya le había dicho al espíritu: «Sal de este hombre, espíritu maligno».
9. Entonces Jesús le preguntó:—¿Cómo te llamas?Y él contestó:—Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de este hombre.
10. Entonces los espíritus malignos le suplicaron una y otra vez que no los enviara a un lugar lejano.
11. Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana.