2. Jesús notó dos barcas vacías en la orilla porque los pescadores las habían dejado mientras lavaban sus redes.
3. Al subir a una de las barcas, Jesús le pidió a Simón, el dueño de la barca, que la empujara al agua. Luego se sentó en la barca y desde allí enseñaba a las multitudes.
4. Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón:—Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar.
5. —Maestro —respondió Simón—, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente.