38. Su anfitrión se sorprendió de que se sentara a la mesa sin antes realizar la ceremonia de lavarse las manos que exigía la costumbre judía.
39. Entonces el Señor le dijo: «Ustedes, los fariseos, son tan cuidadosos para limpiar la parte exterior de la taza y del plato pero están sucios por dentro, ¡llenos de avaricia y de perversidad!
40. ¡Necios! ¿No hizo Dios tanto el interior como el exterior?
41. Por lo tanto, limpien el interior dando de sus bienes a los pobres, y quedarán completamente limpios.