51. Se me destroza el corazónpor el destino de todas las mujeres de Jerusalén.
52. Mis enemigos, a quienes nunca les hice daño,me persiguen como a un pájaro.
53. Me arrojaron a un hoyoy dejaron caer piedras sobre mí.
54. El agua subió hasta cubrir mi cabezay yo exclamé: «¡Este es el fin!».
55. Pero desde lo profundo del hoyoinvoqué tu nombre, Señor.
56. Me oíste cuando clamé: «¡Escucha mi ruego!¡Oye mi grito de socorro!».