22. La daga entró tan profundo, que la empuñadura se hundió bajo la gordura del rey. Así que Aod no sacó la daga, y al rey se le vaciaron los intestinos.
23. Entonces Aod cerró las puertas de la habitación, les puso llave y escapó por la letrina.
24. Aod ya se había ido cuando los sirvientes del rey regresaron y encontraron cerradas las puertas de la habitación de la planta alta. Pensaron que tal vez el rey estaba usando la letrina dentro del cuarto,
25. así que esperaron. Pero al ver que el rey tardaba mucho en salir, se preocuparon y buscaron una llave. Cuando abrieron las puertas, encontraron a su amo muerto en el suelo.
26. Mientras los sirvientes esperaban, Aod escapó y pasó por los ídolos de piedra rumbo a Seirat.
27. Cuando llegó a la zona montañosa de Efraín, llamó a tomar las armas. Después encabezó un grupo de israelitas colina abajo.
28. «Síganme —les dijo—, porque el Señor les ha dado la victoria sobre Moab, su enemigo». Así que los israelitas lo siguieron y tomaron control de los vados del río Jordán que cruzan hacia Moab, y no dejaron que nadie pasara.