22. a los reyes de Tiro y Sidón, y a los reyes de las regiones al otro lado del mar.
23. Se la di a Dedán, a Tema, a Buz y a la gente que vive en lugares remotos.
24. Se la di a los reyes de Arabia, a los reyes de las tribus nómadas del desierto
25. y a los reyes de Zimri, Elam y Media.
26. Se la di a los reyes de los países del norte, lejanos y cercanos, uno tras otro, es decir a todos los reinos del mundo. Finalmente, el mismo rey de Babilonia bebió de la copa del enojo del Señor.
27. Entonces el Señor me dijo: «Ahora diles: “Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: ‘Beban de la copa de mi enojo. Emborráchense y vomiten; caigan para nunca más levantarse, porque envío guerras terribles contra ustedes’”.
28. Ahora bien, si se niegan a aceptar la copa, diles: “El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: ‘No les queda más que beberla.
29. He comenzado a castigar a Jerusalén, la ciudad que lleva mi nombre. ¿Acaso los dejaría a ustedes sin castigo? No, no escaparán del desastre. Enviaré guerra contra todas las naciones de la tierra. ¡Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!’”.