2. Levántate del polvo, oh Jerusalén,y siéntate en un lugar de honor.Quítate del cuello las cadenas de la esclavitud,oh hija cautiva de Sión.
3. Pues esto dice el Señor:«Cuando te vendí al destierrono recibí pago alguno;ahora puedo redimirtesin tener que pagar por ti».
4. Esto dice el Señor Soberano: «Hace mucho tiempo, mi pueblo decidió vivir en Egipto. Ahora es Asiria la que lo oprime.
5. ¿Qué es esto? —pregunta el Señor—. ¿Por qué está esclavizado mi pueblo nuevamente? Quienes lo gobiernan gritan de júbilo; todo el día blasfeman mi nombre.
6. Pero yo revelaré mi nombre a mi pueblo, y llegará a conocer mi poder. Entonces, por fin mi pueblo reconocerá que soy yo quien le habla».