40. Entonces Pedro siguió predicando por largo rato, y les rogaba con insistencia a todos sus oyentes: «¡Sálvense de esta generación perversa!».
41. Los que creyeron lo que Pedro dijo fueron bautizados y sumados a la iglesia en ese mismo día, como tres mil en total.
42. Todos los creyentes se dedicaban a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en las comidas (entre ellas la Cena del Señor), y a la oración.
43. Un profundo temor reverente vino sobre todos ellos, y los apóstoles realizaban muchas señales milagrosas y maravillas.