2. El Señor me condujo por entre los huesos que cubrían el fondo del valle. Estaban desparramados en el suelo por todas partes y completamente secos.
3. Luego me preguntó:—Hijo de hombre, ¿podrán estos huesos volver a convertirse en personas vivas?—Oh Señor Soberano —respondí—, solo tú sabes la respuesta.
4. Entonces me dijo:—Anuncia un mensaje profético a estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor!
5. Esto dice el Señor Soberano: ‘¡Atención! ¡Pondré aliento dentro de ustedes y haré que vuelvan a vivir!
6. Les pondré carne y músculos y los recubriré con piel. Pondré aliento en ustedes y revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor’”.