6. »”Sin embargo, llegué yo y te vi ahí, pataleando indefensa en tu propia sangre. Mientras estabas allí tirada dije: ‘¡Vive!’;
7. y te ayudé a florecer como una planta del campo. Creciste y te convertiste en una joya preciosa. Te crecieron los pechos y te salió el vello, pero seguías desnuda.
8. Cuando volví a pasar, vi que ya tenías edad para el amor. Entonces te envolví con mi manto para cubrir tu desnudez y te pronuncié mis votos matrimoniales. Hice un pacto contigo, dice el Señor Soberano, y pasaste a ser mía.
9. »”Luego te bañé, te limpié la sangre y te froté la piel con aceites fragantes.
10. Te vestí con ropas costosas de lino fino y de seda con bordados hermosos, y te calcé con sandalias de cuero de cabra de la mejor calidad.
11. Te di joyas preciosas, pulseras y hermosos collares,
12. un anillo para la nariz, aretes para las orejas y una hermosa corona para la cabeza.
13. Así quedaste adornada con oro y plata. Tus ropas eran de lino fino con bordados hermosos. Comiste los mejores alimentos —harina selecta, miel y aceite de oliva— y te pusiste más hermosa que nunca. Parecías una reina ¡y lo eras!