15. De pronto, el amor de Amnón se transformó en odio, y la llegó a odiar aún más de lo que la había amado.—¡Vete de aquí! —le gruñó.
16. —¡No, no! —gritó Tamar—. ¡Echarme de aquí ahora es aún peor de lo que ya me has hecho!Pero Amnón no quiso escucharla.
17. Entonces llamó a su sirviente y le ordenó:—¡Echa fuera a esta mujer y cierra la puerta detrás de ella!
18. Así que el sirviente la sacó y cerró la puerta detrás de ella. Tamar llevaba puesta una hermosa túnica larga, como era costumbre en esos días para las hijas vírgenes del rey.