12. —Está bien, quédate hoy aquí —le dijo David— y mañana puedes regresar al ejército.Así que Urías se quedó en Jerusalén ese día y el siguiente.
13. David lo invitó a cenar y lo emborrachó. Pero aun así no logró que Urías se fuera a la casa con su esposa, sino que nuevamente se quedó a dormir a la entrada del palacio con la guardia real.
14. Entonces, a la mañana siguiente, David escribió una carta a Joab y se la dio a Urías para que se la entregara.