15. Al día siguiente, cuando el sirviente del hombre de Dios se levantó temprano y salió, había tropas, caballos y carros de guerra por todos lados.—¡Oh señor! ¿Qué vamos a hacer ahora? —gritó el joven a Eliseo.
16. —¡No tengas miedo! —le dijo Eliseo—. ¡Hay más de nuestro lado que del lado de ellos!
17. Entonces Eliseo oró: «Oh Señor, ¡abre los ojos de este joven para que vea!».Así que el Señor abrió los ojos del joven, y cuando levantó la vista vio que la montaña alrededor de Eliseo estaba llena de caballos y carros de fuego.
18. Cuando el ejército arameo avanzó hacia él, Eliseo rogó: «Oh Señor, haz que ellos queden ciegos». Entonces el Señor los hirió con ceguera, tal como Eliseo había pedido.