8. En Jerusalén Josafat nombró a algunos de los levitas y de los sacerdotes y de los jefes de clanes de Israel para que sirvieran como jueces en casos relacionados con las ordenanzas del Señor y en los conflictos civiles.
9. Estas fueron las instrucciones que les dio: «Ustedes deben actuar siempre con el temor del Señor, con fidelidad y con un corazón íntegro.
10. Cada vez que les llegue un caso de sus compatriotas que viven en ciudades distantes —ya sea de asesinato o de alguna otra violación de las leyes, los mandatos, los decretos y las ordenanzas de Dios— deben advertirles que no pequen contra el Señor, para que no se enoje con ustedes ni con ellos. Procedan así y no serán culpables.