4. Debe dirigir bien a su propia familia, y que sus hijos lo respeten y lo obedezcan.
5. Pues, si un hombre no puede dirigir a los de su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?
6. Un anciano no debe ser un nuevo creyente porque podría volverse orgulloso, y el diablo lo haría caer.
7. Además, la gente que no es de la iglesia debe hablar bien de él, para que no sea deshonrado y caiga en la trampa del diablo.