35. La encarnizada batalla se prolongó todo ese día, y el rey permaneció erguido en su carro frente a los arameos. La sangre de su herida corría hasta llegar al piso del carro, y al atardecer, murió.
36. Justo cuando se ponía el sol, este clamor recorrió las filas israelitas: «¡Estamos perdidos! ¡Sálvese quien pueda!».
37. Así que el rey murió, y llevaron su cuerpo a Samaria, donde lo enterraron.
38. Después lavaron su carro junto al estanque de Samaria y llegaron los perros y lamieron su sangre en el lugar donde se bañaban las prostitutas, tal como el Señor lo había anunciado.
39. Los demás acontecimientos del reinado de Acab y todo lo que él hizo —incluso la historia del palacio de marfil y las ciudades que construyó— están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel.
40. Así que Acab murió y su hijo Ocozías lo sucedió en el trono.
41. Josafat, hijo de Asa, comenzó a gobernar Judá durante el cuarto año del reinado de Acab, rey de Israel.